19 de junio de 2013

Mi experiencia como fan.

En mi adolescencia era SuperMegaFan de un programa de radio que se transmitía por las mañanas, era una vaina tan grande que mientras me cambiaba para ir al colegio lo escuchaba y cuándo estaba de vacaciones me despertaba temprano para poder escucharlo completo.

Por más fan de un programa que yo sea no me atrevo a llamar a opinar en absolutamente NADA, pues les cuento...la primera y última vez que lo hice llamando a ese espacio uno de los talentos se burló de mi comentario y cuando tumbó la llamada llegó agredirme verbalmente, ustedes pensarán:

-¿Qué fue lo tan grande que le dijeron?

Pues, actualmente ni recuerdo cuál fue el insulto, el asunto es que me sentí TAN OFENDIDA, de que el programa que escuchaba todas las mañanas, que trataba de no perderme, el programa que me motivó a comprar un radito de pilas para poder escucharlo cuándo se fuera la luz en casa, el que me mantuvo en sintonía por 2 años, me hayan ofendido de tal forma.

Me ofendí tanto que automáticamente  al escuchar el insulto...con todo y nervios (claro, cualquiera se pone nervioso cuándo hace algo por primera vez) procedí apagarlo.

Y, hasta el sol de hoy no lo he vuelto a oiiiiiiir ♪, el programa continuó al aire y todavía entiendo que lo hace, creo que les va muy bien...pero el motivo de mi post no es que ustedes crean:

-Ahh! La pobre, le hablaron mal...que sensible esa muchacha.

(Jejeje) mi punto es que muchas veces las personas que uno admira o las cosas que te gustán mucho en realidad no son TAN COOL como uno cree, porque a sinceridad uno como receptor entiende las cosas a un modo y el emisor de otro.

La vaina es que en la actualidad esa persona que tanto admiré ahora me da par de tres, NO es rencor ni nada por el estilo, es simplemente que no imaginé que tal disparate que comenté en su espacio merecía ese trato y con mi experiencia que actualmente tengo en radio y en servicio al cliente, he aprendido que los oyentes/clientes adoran que les den su espacio para comentar, expresarse, para decir cualquier cosita que les venga en mente. AMAN que se les de la oportunidad, que se les escuche, que la comunicación sea de doble vía.

La leyenda dice que la mayoría de los Dominicanos son ñoños y se ofenden rápido y yo hasta cierto punto (con las cosas y gente que admiro) soy un número más dentro de ese conteo.

Después de pasar muchos malos ratos, pique y rabietas en establecimientos públicos/privados y en empleos, he llegado a la conclusión de que NADIE acepta que los traten mal, porque para eso tienen una boca...para quejarse, pero no es quejarse por simplemente hacerlo, si no una queja con argumento...uno que sea bueno y válido.

Si a mi me tratan mal en un establecimiento donde yo estoy pagando MI CUARTO mio de mi propiedad y me tratan mal, pues este cuerpo ñoño y tropical que les escribe no se dá el lujo de volver. ¿Por qué? Porque uno como cliente se queda marcado y esa mala experiencia te hace darle mala publicidad a ese establecimiento, eso mismo pasa con las malas experiencias con las personas que admiras.

En el plano personal/laboral intento NO ofender a nadie...porque después es un trote estar pidiendo perdon o ignorándo el caso...por uno andar de volao y loco ofendiendo gente por ahí.

Yo soy loca pero buena gente. 

Mi abuela me enseñó que tu educación es la que habla por tí, es como tu carta de presentación.

Bueno...esto era lo que quería expresar por el momento, gracias por visitar mi blog y por leerme de vez en cuando.

Saludos, se despide desde la puerta de la nevera su Mandarinita en Gajos.


(((Good Vibes)))

1 comentario:

Junior Contreras dijo...

Ciertamente, tú educación es la que habla por ti.

Muchas veces olvidamos que al igual que nosotros, todas las personas que nos rodean tienen un corazón y que a todos nos duele mucho más una palabra que un golpe, pues este último se cura más rápido.