Una vez me regaló una cangurera con forma de Koala y cuando ella me dió esa vaina TAN FEA yo hasta grito dí, porque para mi era feísima con ese pájaro tan raro,y por más que ella me explicaba que era un animal exótico y blah blah, más grito yo daba. Hasta que la escondió y al otro día se la regaló a la hija de una amiga, después como a las 2 semanas veo que TODAS LAS MUCHACHITAS DE POR MI CASA USABAN CANGURERAS y yo NOOOOOOOOOOO!! Me quise morir, y hasta le reclamé a mi Mami de por qué yo no tenía una vaina de esas y su respuesta fue:
-Yo te compré una cuando nadie las tenía y no la quisiste por ¨fea¨, pero nunca la miraste bien para ver si te gustaba o no...a simple vista no te gustó y la rechazaste, ahora no te voy a comprar nada.
Po´na...en verdad NUNCA me volvió a comprar una cangurera, sé que tuve una porque mi tía me la regaló. Y saben algo? Cada vez que veía a Génesis (la hija de la amiga de mami) con la cangurera que me compraron a mi, me ponía verde del pique. (JAJAJAJAJAJA)
Hoy quería escribir un post sobre la falta de interés y me llegó esta anécdota que quise compartir con ustedes para que lo relacionen con el amor. Cuando la cangurera era de otro empecé a ver que sí era linda y que sí me gustaba y que sí la quería...pero ya era tarde, era de Génesis.
Cuando tenemos algo al lado no le damos la importancia que merece porque está ahí, pero cuando se va, la extraño y me doy cuenta de que sí la necesito o que sí la quiero, pero cuando la recupero...se me olvida todo.
Eso en algún momento de nuestras vidas nos ha pasado, ya sea con lo material o en el plano espiritual. Lo cierto es que nunca pude tener una cangurera como esa, porque no habían 2 iguales.
Gracias por leer (((Good Vibes)))
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